La Digitalización
La digitalización conlleva a sumarse al nuevo entorno tecnológico y representa un beneficio añadido para cualquier empresa sin importar el sector al que se dediquen.
por Javier Lizaur
Parece el viento porque viene por todos lados, porque te puede pillar de imprevisto y no estar preparado. Algunos todavía se empeñan en luchar contra él, pero siempre se sale con la suya. Aunque a veces no lo notemos siempre está presente, nos acompaña. Siempre dinámico. Mejor aprovechar la ráfaga e ir de su mano.
No dejaremos de notar la mosca digitalizada detrás de la oreja.
La digitalización para una empresa es un proceso de adaptación a la sociedad y su contexto, y también a una serie de ventajas en los procesos internos de un negocio que el mismo fenómeno genera. Debemos digitalizarnos mediante el encendido de dos motores interconectados.
Por un lado, debemos tener en cuenta la sociedad y sus ámbitos de acción. Los consumidores compran de forma online, consultan sus compras en las RRSS donde también siguen a sus marcas y embajadores, y donde consumen contenidos nuevos en forma de historias. Internet es el lugar donde están y pasan su tiempo; donde toman sus decisiones; donde, cada vez más, viven. Y en este lugar es donde una empresa debe estar y donde debes activar el primer motor. Antes tenías escaparates porque estaban en la calle y ahora debes tener presencia digital porque es ahora su parque.
Habla, juega, pregunta, conecta, comparte, analiza…la vida cotidiana.
La digitalización para una empresa es un proceso de adaptación a la sociedad y su contexto, y también a una serie de ventajas en los procesos internos de un negocio que el mismo fenómeno genera.
Por otro lado, están los procesos internos y sus ventajas. La era de la digitalización nos brinda una tecnología que nos permite rentabilizar los procesos internos de una empresa. Además lo hace de una forma dinámica y adaptable a cada negocio. Si antes encontrabas un suministro más barato para tu producción, no dudabas en adquirirlo y renovarte. Dar un paso más. Ahora los cambios vienen con la rentabilidad entre procesos y tareas. Los proyectos y las tareas diarias pueden ser más eficaces y productivos si enciendes este motor también.
Digitalización y optimización van de la mano.
El engranaje es válido entre estos dos motores. Mientras enciendes uno por la “obligación” que la sociedad te crea y el otro por la “obligación” de renovación como empresa (llámalo competencia), los dos se retroalimentan porque las implementaciones en uno se ven reflejadas en el otro. A la vez, las necesidades e inquietudes que la sociedad vaya generando formarán el impulso necesario para seguir dando vida a ese motor de optimización de una empresa.
Así que no te cobijes en el rincón porque el viento sopla. Aprovecha esta ráfaga.